Paqui quería tener sus fotos de postboda hechas en los campos de su pueblo, ya que vive, aunque cerca, fuera de él.
Aprovechamos el precioso entorno del que disfrutamos, y nos decidimos por el Cerro Miguelico, el que comúnmente se conoce como Cerro de Santa Ana.
Nos hizo una mañana estupenda, en la que disfrutamos un montón con esta pareja genial. Y las miradas que ellos se regalaban eran aún más bonitas que el propio día de la boda, nos encanta estas sesiones, porque ellos tienen más tiempo de revivir ese día, pero con menos nervios.
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